En el derbi de Casablanca entre Raja y Wydad en Marruecos, Ismail Belmaalam nos ha dejado una clase de cómo no jugar si quieres proteger la pelota. Primero se marcó unos saltitos de lo más ridículo, no vio que tenía otro rival al lado y después terminó entregando el balón. Vamos que se cubrió de gloria.
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